Antes de empezar a analizar un texto folclórico hay que saber de donde procede esta palabra. Pues bien, la palabra “folclore” fue acuñada por el inglés William John Thoms y sustituye al concepto de “antigüedades populares”
Los textos folclóricos son un tipo de narración en prosa sobre sucesos ficticios de transmisión oral. El cuento folclórico es aquel que no tiene autor y que ha ido pasando de generación en generación mediante la transmisión oral. Al ser transmitidos oralmente pueden cambiar ya que los narradores lo contaban de memoria. Tiene las siguientes características:
- El anonimato, es decir, tiene muchos autores, son aquellas personas que lo han ido contando oralmente. Estas personas se llaman recopiladores o adaptadores, prohibido la palabra autor.
- La oralidad, si estas historias dejan de contarse, desaparecerán.
- La multiplicidad de variantes, es decir, cada persona lo va a contar de una manera distinta a la anterior.
Los recopiladores y adaptadores de lecturas infantiles que hemos visto en este bloque son Charles Perrault, Los Hermanos Grimm, Hans Christian Andersen, Fernán Caballero y Saturnino Calleja.
Vygotski decía que: “el desarrollo mental del hombre tiene su origen en la comunicación verbal entre el niño y el adulto, y este es uno de los motivos por los cuales la literatura folclórica tendría que estar más presente en el aula”
¿Sabéis quiénes eran los hermanos Grimm? Os voy a hablar un poco de ellos ya que dos de los textos folclóricos que he elegido son de ellos.
Jacob y Wilheim, los hermanos Grimm, crearon las recopilaciones de cuentos de hadas, al redactarlas eran precisos y respetuosos con las tradicionales. Llegaron a recopilar hasta 200 historias. En la primera edición dejaron todo igual, pero a partir de la tercera ya iban adaptándolos a su gusto y al público más infantil. Los cuentos de los hermanos Grimm se diferenciaban de los demás porque tenían una visión optimista, ya que los finales siempre eran agradables, y, un proceso de identificación del héroe muy sencillo, lo que al niño le permite identificarse con él. Los cuentos de los hermanos se mueven en el mundo mágico y maravilloso.
Y a partir de aquí comienzo con la siguiente actividad correspondiente al bloque 2, donde teníamos que elegir tres textos folclóricos, analizarlos y adaptarlos, os dejo los que he elegido yo:
EL LOBO Y LAS SIETE CABRITILLAS
En un bosque muy lejano vivía una cabra que tenía siete cabritas, a las que quería tanto como una madre puede querer a sus hijos. Un día quiso salir al bosque a buscar comida y llamó a sus pequeñuelas. "Hijas mías," les dijo, "me voy al bosque; mucho ojo con el lobo, pues si entra en la casa os devorará a todas sin dejar ni un pelo. El muy bribón suele disfrazarse, pero lo conoceréis enseguida por su ronca voz y sus negras patas." Las cabritas respondieron: "Tendremos mucho cuidado, madre. Podéis marcharos tranquila." Se despidió mama cabra con un válido y, confiada, emprendió su camino.
No paso mucho tiempo cuando llamaron a la puerta y una voz dijo: "Abrid, hijitas. Soy vuestra madre, que estoy de vuelta y os traigo algo para cada una." Pero las cabritas comprendieron, por la voz, que era el lobo. "No te abriremos," exclamaron, "no eres nuestra madre. Ella tiene una voz suave y cariñosa, y la tuya es ronca: eres el lobo." Entonces se fue éste a la tienda y se compró un bote de miel, se lo comió para suavizarse la voz y volvió a la casita. Llamo nuevamente a la puerta y dijo: "Abrid hijitas," dijo, "vuestra madre os trae algo a cada una." Pero el lobo había puesto una negra pata en la ventana, y al verla las cabritas, exclamaron: "No, no te abriremos; nuestra madre no tiene las patas negras como tú. ¡Eres el lobo!"
Entonces el lobo se fue corriendo y se pintó las patas de blanco y volvió por tercera vez a la puerta y, llamando, dijo: "Abrid, pequeñas; soy vuestra querida madre, que está de regreso y os trae cosas del bosque." Las cabritas replicaron: "Enséñanos la pata; queremos asegurarnos de que eres nuestra madre." La fiera puso la pata en la ventana, y, al ver ellas que era blanca, creyeron que eran verdad sus palabras y se apresuraron a abrir. Pero fue el lobo quien entró y las cabritillas asustadas corrieron a esconderse en diferentes sitios de la casa, debajo de la cama, detrás de las costinas y la más pequeña, en la caja del reloj. Pero el lobo fue descubriéndolas una tras otra y se las comió a todas menos a la más pequeñita que se ocultaba en la caja del reloj. Ya satisfecho, el lobo se alejó, y en un gran prado verde se tumbó a dormir a la sombra de un árbol.
Al poco tiempo regresó a casa mamá cabra y vio la puerta abierta de par en par; la mesa, las sillas y bancos, todo volcado y revuelto, buscó a sus hijitas, pero no aparecieron por ninguna parte, hasta que la cabritilla más pequeña dijo: "Madre querida, estoy en la caja del reloj." la cabra la saco, y entonces la pequeña le explicó que había venido el lobo y se había comido a las demás. Salió al campo la cabra en compañía de su pequeña, y, al llegar al prado, vio al lobo dormido debajo del árbol, roncando tan fuertemente que hacía temblar las ramas. Al observarlo de cerca, le pareció que algo se movía y agitaba en su abultada barriga y pensó, ¿si serán mis pobres hijitas, que se las ha merendado y que están vivas aún? Y envió a la pequeña a casa, a toda prisa, en busca de tijeras, aguja e hilo. Abrió la panza al monstruo, y apenas había empezado a cortar cuando una de las cabritas asomó la cabeza. Al seguir cortando saltaron las seis afuera, una tras otra, todas vivitas y sin daño alguno, pues la bestia, en su glotonería, las había engullido enteras. Una vez salvadas todas sus hijas la cabra dijo: "Traedme ahora piedras; llenaremos con ellas la panza de esta condenada bestia, aprovechando que duerme." Las siete cabritas corrieron en busca de piedras y las fueron metiendo en la barriga, hasta que ya no cupieron más. La madre cosió la piel con tanta suavidad, que la fiera no se dio cuenta de nada ni hizo el menor movimiento.
Terminada ya su siesta, el lobo se levantó, y, como los guijarros que le llenaban el estómago le dio mucha sed, se encaminó a un pozo para beber. Mientras andaba, moviéndose de un lado a otro, los guijarros de su panza chocaban entre sí con gran ruido, por lo que exclamó:
"¿Qué será este ruido
que suena en mi barriga?
Creí que eran seis cabritas,
más ahora me parecen chinitas."
Al llegar al pozo e inclinarse sobre el brocal, el peso de las piedras lo arrastró y lo hizo caer al fondo, donde se ahogó miserablemente. Viéndolo las cabritas, acudieron corriendo y gritando jubilosas: "¡Muerto está el lobo! ¡Muerto está el lobo!" Y, con su madre, se pusieron a bailar en corro en torno al pozo.
¿Por qué he elegido este cuento?
De pequeña me lo contaban mucho y era uno de los que más me gustaba escuchar, pero he de decir que a mí me lo contaban diciendo que el lobo enseñara la patita por debajo de la puerta y aquí lo he visto que es por la ventana.
Me ha gustado volver a revivir mi infancia leyéndolo, y poder compartir mi experiencia emocional con mis compañeros, pero sobre todo en el futuro, poder compartirla en el aula con mis niños.
Os dejo también el link del cuento:
¿Qué edad tienen los receptores?
La edad de los niños para contarles este cuento es muy amplia, ya que se les podría empezar a contar a los 2 años, en el primer ciclo de infantil; hasta los 6 años, el segundo ciclo de infantil.
Pero concretamente yo voy a elegir el tramo de edad de 3-4 años, los niños en esta edad aún están en la etapa preoperacional según Piaget, es decir, los niños aún no tienen la capacidad de manipular información que procede de otros lados, y tampoco utilizan la lógica.
También en esta edad está muy presente la figura del lobo en los niños, porque tienen ese miedo y juegan a ser perseguidos por él; y aparece en otros cuentos como son “Caperucita Roja”, “Los tres cerditos” …
Adaptación del cuento folclórico:
Tendremos que hacer algunas adaptaciones en cuanto al lenguaje empleado para poder contarles este cuento a los niños de 3-4 años, es mejor utilizar palabras sencillas para que los niños puedan entenderlas mejor. Y, por otro lado, no podemos lanzar mensajes que puedan ser negativos para los niños, porque ellos son inseguros y puede haber partes de este cuento que no sean adecuadas para su edad.
Pero, sobre todo, debemos de acordarnos que los cuentos folclóricos no son cuentos infantiles.
Lo que cambiaría sería el vocabulario para adaptarlo a mi manera de contarlo y que me sea más fácil memorizarlo y de una manera natural, para contárselo a los niños. El simbolismo lo tenemos que mantener, como los roles de los personajes y los motivos de la historia; ya que si lo cambiamos no sería un texto inspirado en otro.
Personajes:
Los personajes en este cuento son animales, que actúan como personas. Los principales son:
Madre: es la heroína del cuento ya que salva a sus cabritillas, es la buena del cuento.
Siete cabritillas: los niños se pueden sentir identificados con ellas por acciones que realizan como por ejemplo abrir la puerta a personas que no conocen.
El lobo: es el enemigo del cuento, se come a las cabritillas porque tiene hambre y es un animal carnívoro.
Los arquetipos que aparecen son comerse en este caso a las cabritillas que es lo que hace el lobo, y luego la madre les salva.
Contexto donde se realiza la narración:
En las aulas se sigue siempre una rutina todos los días, es por ello por lo que el cuento lo contaría después de entrar a clase por la mañana, cuando estemos todos sentados en la asamblea y en semicírculo; donde se cree un ambiente de tranquilidad y calma, donde podamos llamar su atención y les hagamos disfrutar.
En este cuento enseña valores y contravalores como ser obedientes, el amor maternal, la verdad, la venganza, el engaño, no fiarse de gente que no conocen; pero, sobre todo, solucionar problemas.
Preguntas para realizar a los niños:
¿Os ha gustado el cuento?
¿Qué parte del cuento os ha gustado más?
¿Qué personaje es vuestro favorito?
¿Qué pensáis del lobo? ¿Y de mamá cabra?
¿Qué hubierais hecho si fueseis el lobo?
¿Cómo os gustaría que termine el cuento?
¿Por qué el lobo quería comérselas?
¿Cómo se sentiría la mamá cabra al no encontrar a sus “hijitas”?
¿Qué hubierais hecho vosotros?
BLANCANIEVES
Había una vez, en pleno invierno, una reina que se dedicaba a la costura sentada cerca de una ventana con marco de ébano negro. Los copos de nieve caían del cielo como plumones. Mirando nevar se pinchó un dedo con su aguja y tres gotas de sangre cayeron en la nieve. Como el efecto que hacía el rojo sobre la blanca nieve era tan bello, la reina se dijo.
- ¡Ojalá tuviera una niña tan blanca como la nieve, tan roja como la sangre y tan negra como la madera de ébano!
Poco después tuvo una niñita que era tan blanca como la nieve, tan encarnada como la sangre y cuyos cabellos eran tan negros como el ébano.
Por todo eso fue llamada Blancanieves. Y al nacer la niña, la reina murió.
Un año más tarde el rey tomó otra esposa. Era una mujer bella pero orgullosa y arrogante, y no podía soportar que nadie la superara en belleza. Tenía un espejo maravilloso y cuando se ponía frente a él, mirándose le preguntaba:
¡Espejito, espejito de mi habitación! ¿Quién es la más hermosa de esta región?
Entonces el espejo respondía:
La Reina es la más hermosa de esta región.
Ella quedaba satisfecha pues sabía que su espejo siempre decía la verdad.
Pero Blancanieves crecía y embellecía cada vez más; cuando alcanzó los siete años era tan bella como la clara luz del día y aún más linda que la reina.
Ocurrió que un día cuando le preguntó al espejo:
¡Espejito, espejito de mi habitación! ¿Quién es la más hermosa de esta región?
el espejo respondió:
La Reina es la hermosa de este lugar,
pero la linda Blancanieves lo es mucho más.
Entonces la reina tuvo miedo y se puso amarilla y verde de envidia. A partir de ese momento, cuando veía a Blancanieves el corazón le daba un vuelco en el pecho, tal era el odio que sentía por la niña. Y su envidia y su orgullo crecían cada día más, como una mala hierba, de tal modo que no encontraba reposo, ni de día ni de noche.
Entonces hizo llamar a un cazador y le dijo:
-Lleva esa niña al bosque; no quiero que aparezca más ante mis ojos. La matarás y me traerás sus pulmones y su hígado como prueba.
El cazador obedeció y se la llevó, pero cuando quiso atravesar el corazón de Blancanieves, la niña se puso a llorar y exclamó:
- ¡Mi buen cazador, no me mates!; correré hacia el bosque espeso y no volveré nunca más.
Como era tan linda el cazador tuvo piedad y dijo:
- ¡Corre, pues, mi pobre niña!
Pensaba, sin embargo, que las fieras pronto la devorarían. No obstante, no tener que matarla fue para él como si le quitaran un peso del corazón. Un cerdito venía saltando; el cazador lo mató, extrajo sus pulmones y su hígado y los llevó a la reina como prueba de que había cumplido su misión. El cocinero los cocinó con sal y la mala mujer los comió creyendo comer los pulmones y el hígado de Blancanieves.
Por su parte, la pobre niña se encontraba en medio de los grandes bosques, abandonada por todos y con tal miedo que todas las hojas de los árboles la asustaban. No tenía idea de cómo arreglárselas y entonces corrió y corrió sobre guijarros filosos y a través de las zarzas. Los animales salvajes se cruzaban con ella, pero no le hacían ningún daño. Corrió hasta la caída de la tarde; entonces vio una casita a la que entró para descansar. En la cabañita todo era pequeño, pero tan lindo y limpio como se pueda imaginar. Había una mesita pequeña con un mantel blanco y sobre él siete platitos, cada uno con su pequeña cuchara, más siete cuchillos, siete tenedores y siete vasos, todos pequeños. A lo largo de la pared estaban dispuestas, una junto a la otra, siete camitas cubiertas con sábanas blancas como la nieve. Como tenía mucha hambre y mucha sed, Blancanieves comió trozos de legumbres y de pan de cada platito y bebió una gota de vino de cada vasito. Luego se sintió muy cansada y se quiso acostar en una de las camas. Pero ninguna era de su medida; una era demasiado larga, otra un poco corta, hasta que finalmente la séptima le vino bien. Se acostó, se en-comendó a Dios y se durmió.
Cuando cayó la noche volvieron los dueños de casa; eran siete enanos que excavaban y extraían metal en las montañas. Encendieron sus siete farolitos y vieron que alguien había venido, pues las cosas no estaban en el orden en que las habían dejado.
El primero dijo:
-¿Quién se sentó en mi sillita?
El segundo:
- ¿Quién comió en mi platito?
El tercero:
- ¿Quién comió de mi pan?
El cuarto:
- ¿Quién comió de mis legumbres?
El quinto.
- ¿Quién pinchó con mi tenedor?
El sexto:
- ¿Quién cortó con mi cuchillo?
El séptimo:
- ¿Quién bebió en mi vaso?
Luego el primero pasó su vista alrededor y vio una pequeña arruga en su cama y dijo:
- ¿Quién anduvo en mi lecho?
Los otros acudieron y exclamaron:
- ¡Alguien se ha acostado en el mío también! Mirando en el suyo, el séptimo descubrió a Blancanieves, acostada y dormida. Llamó a los otros, que se precipitaron con exclamaciones de asombro. Entonces fueron a buscar sus siete farolitos para alumbrar a Blancanieves.
- ¡Oh, mi Dios -exclamaron- qué bella es esta niña!
Y sintieron una alegría tan grande que no la despertaron y la dejaron proseguir su sueño. El séptimo enano se acostó una hora con cada uno de sus compañeros y así pasó la noche.
Al amanecer, Blancanieves despertó y viendo a los siete enanos tuvo miedo. Pero ellos se mostraron amables y le preguntaron.
- ¿Cómo te llamas?
-Me llamo Blancanieves -respondió ella.
- ¿Como llegaste hasta nuestra casa?
Entonces ella les contó que su madrastra había querido matarla, pero el cazador había tenido piedad de ella permitiéndole correr durante todo el día hasta encontrar la casita.
Los enanos le dijeron:
-Si quieres hacer la tarea de la casa, cocinar, hacer las camas, lavar, coser y tejer y si tienes todo en orden y bien limpio puedes quedarte con nosotros; no te faltará nada.
-Sí -respondió Blancanieves- acepto de todo corazón. Y se quedó con ellos.
Blancanieves tuvo la casa en orden. Por las mañanas los enanos partían hacia las montañas, donde buscaban los minerales y el oro, y regresaban por la noche. Para ese entonces la comida estaba lista.
Durante todo el día la niña permanecía sola; los buenos enanos la previnieron:
- ¡Cuídate de tu madrastra; pronto sabrá que estás aquí! ¡No dejes entrar a nadie!
La reina, una vez que comió los que creía que eran los pulmones y el hígado de Blancanieves, se creyó de nuevo la principal y la más bella de todas las mujeres. Se puso ante el espejo y dijo:
¡Espejito, espejito de mi habitación! ¿Quién es la más hermosa de esta región?
Entonces el espejo respondió.
Pero, pasando los bosques,
en la casa de los enanos,
la linda Blancanieves lo es mucho más.
La Reina es la más hermosa de este lugar
La reina quedó aterrorizada pues sabía que él espejo no mentía nunca. Se dio cuenta de que el cazador la había engañado y de que Blancanieves vivía. Reflexionó y buscó un nuevo modo de deshacerse de ella pues hasta que no fuera la más bella de la región la envidia no le daría tregua ni reposo. Cuando finalmente urdió un plan se pintó la cara, se vistió como una vieja buhonera y quedó totalmente irreconocible.
Así disfrazada atravesó las siete montañas y llegó a la casa de los siete enanos, golpeó a la puerta y gritó:
- ¡Vendo buena mercadería! ¡Vendo! ¡Vendo!
Blancanieves miró por la ventana y dijo:
-Buen día, buena mujer. ¿Qué vende usted?
-Una excelente mercadería -respondió-; cintas de todos colores.
La vieja sacó una trenzada en seda multicolor, y Blancanieves pensó:
-Bien puedo dejar entrar a esta buena mujer.
Corrió el cerrojo para permitirle el paso y poder comprar esa linda cinta.
- ¡Niña -dijo la vieja- qué mal te has puesto esa cinta! Acércate que te la arreglo como se debe.
Blancanieves, que no desconfiaba, se colocó delante de ella para que le arreglara el lazo. Pero rápidamente la vieja lo oprimió tan fuerte que Blancanieves perdió el aliento y cayó como muerta.
-Y bien -dijo la vieja-, dejaste de ser la más bella. Y se fue.
Poco después, a la noche, los siete enanos regresaron a la casa y se asustaron mucho al ver a Blancanieves en el suelo, inmóvil. La levantaron y descubrieron el lazo que la oprimía. Lo cortaron y Blancanieves comenzó a respirar y a reanimarse poco a poco.
Cuando los enanos supieron lo que había pasado dijeron:
-La vieja vendedora no era otra que la malvada reina. ¡Ten mucho cuidado y no dejes entrar a nadie cuando no estamos cerca!
Cuando la reina volvió a su casa se puso frente al espejo y preguntó:
¡Espejito, espejito, de mi habitación! ¿Quién es la más hermosa de esta región?
Entonces, como la vez anterior, respondió:
La Reina es la más hermosa de este lugar,
Pero pasando los bosques,
en la casa de los enanos,
la linda Blancanieves lo es mucho más.
Cuando oyó estas palabras toda la sangre le afluyó al corazón. El terror la invadió, pues era claro que Blancanieves había recobrado la vida.
-Pero ahora -dijo ella- voy a inventar algo que te hará perecer.
Y con la ayuda de sortilegios, en los que era experta, fabricó un peine envenenado. Luego se disfrazó tomando el aspecto de otra vieja. Así vestida atravesó las siete montañas y llegó a la casa de los siete enanos. Golpeó a la puerta y gritó:
- ¡Vendo buena mercadería! ¡Vendo! ¡Vendo!
Blancanieves miró desde adentro y dijo:
-Sigue tu camino; no puedo dejar entrar a nadie.
-Al menos podrás mirar -dijo la vieja, sacando el peine envenenado y levantándolo en el aire.
Tanto le gustó a la niña que se dejó seducir y abrió la puerta. Cuando se pusieron de acuerdo sobre la compra la vieja le dilo:
-Ahora te voy a peinar como corresponde.
La pobre Blancanieves, que nunca pensaba mal, dejó hacer a la vieja, pero apenas ésta le había puesto el peine en los cabellos el veneno hizo su efecto y la pequeña cayó sin conocimiento.
- ¡Oh, prodigio de belleza -dijo la mala mujer-ahora sí que acabé contigo!
Por suerte la noche llegó pronto trayendo a los enanos con ella. Cuando vieron a Blancanieves en el suelo, como muerta, sospecharon enseguida de la madrastra. Examinaron a la niña y encontraron el peine envenenado. Apenas lo retiraron, Blancanieves volvió en sí y les contó lo que había sucedido. Entonces le advirtieron una vez más que debería cuidarse y no abrir la puerta a nadie.
En cuanto llegó a su casa la reina se colocó frente al espejo y dijo:
¡Espejito, espejito de mi habitación! ¿Quién es la más hermosa de esta región?
Y el espejito, respondió nuevamente:
La Reina es la más hermosa de este lugar.
Pero pasando los bosques,
en la casa de los enanos,
la linda Blancanieves lo es mucho más.
La reina al oír hablar al espejo de ese modo se estremeció y tembló de cólera.
-Es necesario que Blancanieves muera -exclamó-aunque me cueste la vida a mí misma.
Se dirigió entonces a una habitación escondida y solitaria a la que nadie podía entrar y fabricó una manzana envenenada. Exteriormente parecía buena, blanca y roja y tan bien hecha que tentaba a quien la veía; pero apenas se comía un trocito sobrevenía la muerte. Cuando la manzana estuvo pronta, se pintó la cara, se disfrazó de campesina y atravesó las siete montañas hasta llegar a la casa de los siete enanos.
Golpeó. Blancanieves sacó la cabeza por la ventana y dijo:
-No puedo dejar entrar a nadie; los enanos me lo han prohibido.
-No es nada -dijo la campesina- me voy a librar de mis manzanas. Toma, te voy a dar una.
-No-dijo Blancanieves -tampoco debo aceptar nada.
- ¿Ternes que esté envenenada? -dijo la vieja-; mira, corto la manzana en dos partes; tú comerás la parte roja y yo la blanca.
La manzana estaba tan ingeniosamente hecha que solamente la parte roja contenía veneno. La bella manzana tentaba a Blancanieves y cuando vio a la campesina comer no pudo resistir más, estiró la mano y tomó la mitad envenenada. Apenas tuvo un trozo en la boca, cayó muerta.
Entonces la vieja la examinó con mirada horrible, rio muy fuerte y dijo.
-Blanca como la nieve, roja como la sangre, negra como el ébano. ¡Esta vez los enanos no podrán reanimarte!
Vuelta a su casa interrogó al espejo:
¡Espejito, espejito de mi habitación!
¿Quién es la más hermosa de esta región? Y el espejo finalmente respondió. La Reina es la más hermosa de esta región.
Entonces su corazón envidioso encontró repo-so, si es que los corazones envidiosos pueden encontrar alguna vez reposo.
A la noche, al volver a la casa, los enanitos encontraron a Blancanieves tendida en el suelo sin que un solo aliento escapara de su boca: estaba muerta. La levantaron, buscaron alguna cosa envenenada, aflojaron sus lazos, le peinaron los cabellos, la lava-ron con agua y con vino pelo todo esto no sirvió de nada: la querida niña estaba muerta y siguió estándolo.
La pusieron en una parihuela. se sentaron junto a ella y durante tres días lloraron. Luego quisieron enterrarla, pero ella estaba tan fresca como una persona viva y mantenía aún sus mejillas sonrosadas.
Los enanos se dijeron:
-No podemos ponerla bajo la negra tierra. E hicieron un ataúd de vidrio para que se la pudiera ver desde todos los ángulos, la pusieron adentro e inscribieron su nombre en letras de oro proclamando que era hija de un rey. Luego expusieron el ataúd en la montaña. Uno de ellos permanecería siempre a su lado para cuidarla. Los animales también vinieron a llorarla: primero un mochuelo, luego un cuervo y más tarde una palomita.
Blancanieves permaneció mucho tiempo en el ataúd sin descomponerse; al contrario, parecía dormir, ya que siempre estaba blanca como la nieve, roja como la sangre y sus cabellos eran negros como el ébano.
Ocurrió una vez que el hijo de un rey llegó, por azar, al bosque y fue a casa de los enanos a pasar la noche. En la montaña vio el ataúd con la hermosa Blancanieves en su interior y leyó lo que estaba escrito en letras de oro.
Entonces dijo a los enanos:
-Denme ese ataúd; les daré lo que quieran a cambio.
-No lo daríamos por todo el oro del mundo -respondieron los enanos.
-En ese caso -replicó el príncipe- regálenmelo pues no puedo vivir sin ver a Blancanieves. La honraré, la estimaré como a lo que más quiero en el mundo.
Al oírlo hablar de este modo los enanos tuvieron piedad de él y le dieron el ataúd. El príncipe lo hizo llevar sobre las espaldas de sus servidores, pero sucedió que éstos tropezaron contra un arbusto y como consecuencia del sacudón el trozo de manzana envenenada que Blancanieves aún conservaba en su garganta fue despedido hacia afuera. Poco después abrió los ojos, levantó la tapa del ataúd y se irguió, resucitada.
- ¡Oh, Dios!, ¿dónde estoy? -exclamó.
-Estás a mi lado -le dijo el príncipe lleno de alegría.
Le contó lo que había pasado y le dijo:
-Te amo como a nadie en el mundo; ven conmigo al castillo de mi padre; serás mi mujer.
Entonces Blancanieves comenzó a sentir cariño por él y se preparó la boda con gran pompa y magnificencia.
También fue invitada a la fiesta la madrastra criminal de Blancanieves. Después de vestirse con sus hermosos trajes fue ante el espejo y preguntó:
¡Espejito, espejito de mi habitación! ¿Quién es la más hermosa de esta región?
El espejo respondió:
La Reina es la más hermosa de este lugar. Pero la joven Reina lo es mucho más.
Entonces la mala mujer lanzó un juramento y tuvo tanto, tanto miedo, que no supo qué hacer. Al principio no quería ir de ningún modo a la boda. Pero no encontró reposo hasta no ver a la joven reina.
Al entrar reconoció a Blancanieves y la angustia y el espanto que le produjo el descubrimiento la dejaron clavada al piso sin poder moverse.
Pero ya habían puesto zapatos de hierro sobre carbones encendidos y luego los colocaron delante de ella con tenazas. Se obligó a la bruja a entrar en esos zapatos incandescentes y a bailar hasta que le llegara la muerte.
¿Por qué he elegido este cuento?
Aunque sea de los más largos, en cuanto lo he visto en la página de los Hermanos Grimm he sentido la necesidad de analizarlo y tenerlo en mi blog.
He elegido este cuento porque cada vez que lo veo en algún lado o escucho hablar de él me lleva a mi infancia, es uno de los cuentos que más me gustaban, por no decir que era mi preferido. Es por ello que he decidido ponerlo, para poder expresar mis emociones a los demás y, sobre todo, aprender y analizarlo más a fondo para cuando tenga que contárselo a los niños en el aula.
Lo he querido poner escrito y no solo con un enlace por si alguien quiere leérselo y recordar viejos tiempos de su infancia.
Os dejo también el link del cuento:
¿Qué edad tienen los receptores?
Este cuento se lo contaría a niños más mayores, es decir, en la última etapa de educación infantil. A lo mejor se puede contar a niños más pequeños, pero por el simple hecho de que es un poco más amplio que otros, yo prefiero contárselo a niños más mayores.
Los niños de esta edad tienen más capacidad para concentrarse y estar más atentos, y, como dice Piaget en la etapa preoperacional, sus intuiciones y su manera de ver las cosas se acerca mucho a la verdad del mundo que les rodea y a lo que están percibiendo.
Adaptación del cuento folclórico:
No creo que le haga falta adaptaciones, a lo mejor cambiar alguna palabra por otra más sencilla, pero nada más. Se puede ver en el cuento una mezcla de fantasía y realidad, los intereses de los niños en estas edades, de cómo revive Blancanieves y la realidad, como no hay que sentirse mejor ni superior que nadie, ya que cada uno es como es. También el simbolismo de los personajes femeninos no los cambiaría, esto no es malo ya que nos muestran la realidad, donde los personajes femeninos tienen el poder de sus capacidades y de elegir su propio destino.
Simbología y personajes:
Se puede ver como Blancanieves es una adolescente que vive con su padre y su madrastra muy protegida; pero luego decide enfrentarse a una serie de pruebas y emprende un viaje iniciático por el bosque. Finalmente, acaba con el matrimonio entre Blancanieves y el príncipe. Esto simboliza la etapa de las personas desde que nacen hasta la vida adulta, como deben ir madurando y superando obstáculos para así convertirse en personas más autónomas.
Blancanieves: es la heroína del cuento, esta ayudada en toda la historia por seres sobrenaturales. Es de gran belleza, conducta humilde, sencilla y correcta, lo que provoca la envidia de la madrastra.
Madrastra: es la enemiga del cuento, tiene envidia de Blancanieves. Se ayuda de poderes mágicos, como el espejo. Es atractiva pero con rasgos malvados, vengativa, envidiosa y frustradas.
Siete enanitos y los animales del bosque: ayudan a Blancanieves en todo momento, son los animales mágicos y los acompañantes.
Los arquetipos que aparecen son el padre viudo y sometido por la madrastra, porque ignora todo y no hace nada por buscar a su hija. También aparece la figura del príncipe, valiente, hermoso y fuerte; el famoso amor verdadero del que se enamora Blancanieves. Y finalmente, resucitar con un beso, que muestra una nueva vida a través del amor.
Contexto donde se realiza la narración:
También lo contaría al empezar el día, ya que los niños vienen espabilados y pueden ser capaces de concentrarse y prestar toda la atención posible. Al ser más mayores nos sentaríamos en un rincón del aula, donde todos nos sintamos cómodos. O tal vez, sacaría a los niños a una zona del patio a contárselo, y que ellos se sientan al aire libre como estaba Blancanieves al escaparse del cazador.
El cuento muestra unos valores como son la amistad entre Blancanieves y los enanitos, también los celos de la madrastra al ver que Blancanieves es más bella que ella, la valentía, pero, sobre todo, buscar la solución a todos los problemas.
Preguntas para realizar a los niños:
¿Os ha gustado el cuento?
¿Qué personaje os gustaría ser?
¿Qué haríais si fuerais Blancanieves?
¿Cuál es la parte del cuento que más os ha gustado?
¿Veis bien lo que ha hecho la otra madre de Blancanieves?
¿Por qué no quiere la madrastra a Blancanieves?
¿Qué haríais si fuerais Blancanieves?
CORRO DE LA PATATA
¿Por qué he elegido esta canción?
Por último, he elegido esta poesía popular infantil, me gustaba mucho hacer un corro con mis amigos y cantarla de pequeña. En esta retahíla la rima es sencilla lo que lleva a que sea fácil de memorizar, y, sobre todo, mediante las retahílas se puede trabajar la motricidad de los niños.
Me parece interesante introducir la poesía folclórica en las aulas porque es una manera sencilla de introducir de manera divertida palabras, coger ritmo, y desarrollar la memoria del niño. También pueden alcanzar habilidades como la rapidez, la concentración, la coordinación, la agilidad…
¿Qué edad tienen los receptores?
Esta retahíla puede ir dirigida a todo tipo de edades, desde el primer año ya se les puede ir introduciendo. Pero yo me voy a centrar en la edad de 3-4 años, donde los niños ya son capaces de dar brincos y mantenerse quietos al caer, y, también tienen un buen manejo de las funciones motoras y sensoriales.
Adaptación de la canción folclórica:
En mi opinión, creo que esta canción es adecuada para cantar en el aula con los niños de 3-4 años, les puede resultar muy fácil aprenderla, por lo tanto, no creo que sea necesario realizar ninguna adaptación. ya que la rima es sencilla y los niños con esta edad ya son capaces de coordinar frases mediante conjunciones y utilizan una gramática más compleja como por ejemplo utilizar el plural, y también son capaces de seguir instrucciones.
Contexto donde se realiza la narración:
Esta canción la cantaría en algún momento de diversión donde los niños estén activados, en algún cumpleaños de algún compañero, antes de salir al patio para que así se animen, en muchos momentos… Lo haría en cualquier rincón del aula, sea donde sea, donde haya anchuras y espacio para poder moverse con libertad y donde estén cómodos.
Preguntas para realizar a los niños:
¿Por qué creéis que es el corro de la patata?
¿Por qué los señores comen naranjitas y limones?
¿Os ha gustado la canción?
CONCLUSIÓN:
Para finalizar esta actividad tengo que decir que los cuentos folclóricos tenemos que contarlos con nuestra versión propia, es decir, no hay que moralizar ni explicar el cuento. En estos cuentos, los niños son los que tienen que participar diciendo que es lo que les transmite y lo que sienten.
También pienso que es una actividad que debe aumentar en las aulas, aunque en las de infantil se ve en las canciones y juegos.
Una de las cosas que debemos tener en cuenta es a la hora de adaptar los cuentos, ya que debemos mirar si se trata de una versión buena.
Esta actividad me ha hecho ver que hay muchos cuentos, que yo no sabía, que tienen un montón de versiones; es una actividad muy bonita para saber analizar los cuentos folclóricos y profundizar más en ellos.
FUENTES:
Blancanieves - Hermanos Grimm». Accedido 17 de marzo de 2020. https://www.grimmstories.com/es/grimm_cuentos/blancanieves.
CDC. «Indicadores importantes: Su hijo de 3 años». Centers for Disease Control and Prevention, 16 de octubre de 2018. https://www.cdc.gov/ncbddd/spanish/actearly/milestones/milestones-3yr.html.
«El lobo y la siete cabritillas - Hermanos Grimm». Accedido 17 de marzo de 2020. https://www.grimmstories.com/es/grimm_cuentos/el_lobo_y_las_siete_cabritillas.
«Etapa preopracional: la etapa más egocéntrica del desarrollo cognitivo». Accedido 17 de marzo de 2020. https://eldesarrollocognitivo.com/teoria-piaget/etapa-preoperacional.
«Las 4 etapas del desarrollo cognitivo de Jean Piaget». Accedido 17 de marzo de 2020. https://psicologiaymente.com/desarrollo/etapas-desarrollo-cognitivo-jean-piaget.
Labajo, I. (2020) Literatura Infantil. Guía de Trabajo. Documento recuperado el 17 de marzo de 2020 de Moodle
Labajo, I (2020) Literatura infantil. Teoría. Documento recuperado el 17 de marzo de 2020 de Moodle
Fuente propia la foto de “el corro de la patata” sacada del cuento “Una canción para cada día” de Alcoexport.
Excelente.
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